top of page
Posts Destacados 

QUÉ BONITA LA VIDA

Si esto se tratara de una historia de amor, a mi cáncer le hubiera hecho el tercer grado que cantaba Perales: “Y ¿quién es él?, ¿Cómo es?, ¿Por qué ha robado un trozo de mi vida?... Es un ladrón que me ha robado todo”.


Pero a mi cáncer ya le pusieron nombre y apellidos en su diagnóstico los que tenían que hacerlo: los médicos; y, lejos de preguntas y más preguntas de por qué a mí o por qué ahora, la actitud tenía que ser otra.


Como yo soy más de canciones bailongas, de esas que suenan y te sueltas la melena frente al espejo, cogiendo lo primero que pillas a modo de micro, y cantándola como si no hubiera mañana, decidí no cantarle al cáncer sino a la vida. Y qué mejor que recurrir a los temazos clásicos: Raphael con su “¿Qué pasará?, ¿Qué misterio habrá? Puede ser mi gran noche” o el gran Dúo Dinámico con: “Resistiré, para seguir viviendo, soportaré los golpes y jamás me rendiré. Y aunque los sueños se me rompan en pedazos, resistiré, resistireeeeeé”.


Cual participante de Lluvia de Estrellas, ya me veo saliendo tras la nube de humo como un ave fénix, porque en ocasiones se hace difícil sonreír en la vida pero me encanta vivir. El cáncer llega y no sabes, no entiendes, te atormentan pensamientos negativos y desconoces cómo salir de ahí. Pero en la vida siempre hay tormentas, hay que sacar el paraguas de colores y celebrar la vida por encima de las limitaciones del camino, porque nuestro espíritu puede hacer más de lo que suponemos.


Si algo he aprendido en estos más de dos años con cáncer es que hay que estar agradecido por lo que se tiene, no amargado por lo que no tienes. En mi caso, se trata de la salud: ese bien tan preciado que no valoramos nunca hasta que lo perdemos, o hasta que se ve afectado por el diagnóstico de una enfermedad.


Con 28 años me diagnosticaban un cáncer de mama. El dulce viaje de aventura del que disfrutaba con un trabajo estable, una vida en Madrid ajetreada y un compañero de trayecto maravilloso, empezó a sufrir ciertas turbulencias. De esas que hacen que se te encoja el estómago; y tener, más que aventuras, incertidumbre. Pero mi avión sigue planeando y lo afronto cada día con ilusión.


Nunca es un buen momento para recibir una noticia así, y, aunque los médicos deberían desarrollar más la comunicación y la empatía con el paciente, yo de eso no me quejo porque gracias a la sanidad pública estoy aquí, gracias a grandes profesionales muy humanos que, al diagnosticarme, me miraron a los ojos y me enfundaron confianza.


El cáncer es un proceso, una etapa de mi vida en la que intento disfrutar de las cosas buenas, y todos tenemos muchas: desde familia y amigos hasta el resonar de la lluvia en la ventana desde la que escribo esta primera entrada al blog. Son detalles muy pequeños, pero la suma de todos, hacen que la vida sea BONITA, muy BONITA.


Por eso y para dar comienzo al blog, saquemos el paraguas de colores y cantemos juntos la canción “Bonito” de mi compañero de experiencia vital Pau de Jarabe de Palo.


¡BONITA LA VIDA, RESPIRA, RESPIRA, RESPIRA!


Posts Recientes 
Encuéntrame en:
  • Facebook Long Shadow
  • Twitter Long Shadow
  • YouTube Long Shadow
  • Instagram Long Shadow
Other Favotite PR Blogs

Enlace externo. Edita aquí.

Enlace externo. Edita aquí.

Enlace externo. Edita aquí.

Enlace externo. Edita aquí.

Búsqueda por Tags
No hay tags aún.
bottom of page