UN NUEVO DÍA BRILLARÁ
En esta nueva entrada no esperéis que os hable de algo en concreto; me he permitido la licencia de poder desahogarme y simplemente hablar de mis sensaciones y emociones. Y es por ello que seguramente lo que escribo no guarde la mejor de las estructuras, pero es que los sentimientos salen tal cual. Además, y aunque resulte más difícil que nunca, por supuesto, seguiré manteniendo el espíritu vitalista que caracteriza a Ni Un Seno de Tonta porque, por muy negro que se pinte el horizonte, la vida continúa.
El pasado jueves recibía malas noticias: tras mi operación y la quimioterapia, la enfermedad no ha remitido y, de nuevo, hay lesiones pululando por ahí. No iba preparada para escuchar eso, pero, ¿cuándo estás preparado?
Ya va para tres años viviendo con el cáncer, y ya es la segunda recaída. Más que nunca, visualizaba la luz al final del camino pero, como un jarro de agua fría, me comunican que la meta sólo era una ilusión óptica; estoy en mitad del maratón y faltan los kilómetros más duros y cuesta arriba. Tengo dos opciones: derrumbarme y rendirme, o refrescarme en la zona de avituallamiento y seguir. Y los pocos que me conocen saben mi elección.
Mi oncóloga me habla de una nueva vía: la de los ensayos clínicos; la lucecita se vuelve a encender y, desde el minuto uno, mi gente me vuelve a arropar y llevarme en volandas hasta lo que será mi meta. ¿Cómo abandonar ahora? ¡NO!
Nadie nos prepara para las malas noticias, simplemente llegan y tienes que afrontarlas, sacar pecho y continuar. No hay ni un minuto que perder, tomas aire y continúas.
Puedo vivir esto como una desgracia que tengo que superar o como un proceso más que vivir. En la primera alternativa me convierto en víctima, en la segunda sigo siendo la protagonista de mi vida. Y está clara mi opción. Quiero seguir siendo la protagonista de mi vida, una vida llena de alegrías y felicidad, porque durante el cáncer hay vida, sigo teniendo vida, sigo enamorándome, viajando, saboreando, queriendo, ilusionándome… ¿La clave? Aceptar la enfermedad y la vida es el primer paso para dar comienzo a esa película titulada cáncer.
Se trata de transformar la enfermedad en una aventura vital en la cual el reto es que el cáncer no va a poder conmigo. Se trata de tener la actitud adecuada y la forma de enfrentarme a la enfermedad de tal forma que me ayude a superarla.
El jueves no fue un buen día, pero al acostarme recordé aquel momento, en mi primera visita al quirófano, cuando de fondo sonaba Luz Casal con su: “Un nuevo día brillará”. Hoy ha tocado llorar, patalear y sentirme impotente pero mañana un nuevo día brillará, recogeré mis pedazos, me levantaré y volveré a la vida con una sonrisa porque el vaso vuelve a estar medio lleno y lo mejor siempre está por llegar.
