SE PUEDEN SALVAR VIDAS
Quise darme a conocer en este blog tal y como me siento: feliz, animada y positiva. Y si bien es cierto que todo no es un camino de rosas, tengo claro que si me siento así es, en gran medida, porque acepto mi enfermedad, no me escondo, la llamo sin miedo por su nombre.
Del cáncer se habla con la boca pequeña, y es una enfermedad a la que hay que llamar por su nombre. Nos guste o no, forma parte de nuestras vidas, de las de nuestras amig@s, tí@s, herman@s, madres o padres. El cáncer es cosa de todos.
En concreto, el cáncer de mama se trata de la primera causa de muerte en la mujer adulta. Representa el tipo de cáncer más frecuente en la mujer, ya que aproximadamente 1 de cada 8 desarrollará esta enfermedad a lo largo de su vida. Estos datos son relevantes y no para crear alarma social, sino para resaltar la importancia de generar conciencia colectiva sobre la detección temprana del cáncer, y recordar que se pueden salvar vidas si se siguen algunos pasos como el autoexamen.
Para ello, también sería de gran ayuda la participación de los agentes sociales en dicha concienciación y así, por ejemplo, crear campañas publicitarias ad hoc. Sexualizamos la imagen de la mujer para anunciar un perfume o maquillaje y sin embargo, tapamos sus pezones para comunicar claramente y sin censuras la forma en que las mujeres pueden examinar sus mamas con el fin de cuidarse y autoconocerse.
En mi caso, me detecté el bultito yo misma en la ducha un día común, por ello, soy altamente defensora de la autoexploración física. Es nuestra responsabilidad, porque cuando el tumor se detecta en etapas precoces es posible aplicar tratamientos menos agresivos, que dejan menos secuelas físicas y psicológicas.
Por eso, hoy quiero hacerme eco de la campaña “Tetas x tetas” que el Movimiento Ayuda Cáncer de Mama (MACMA) ha lanzado para ilustrar el autoexamen mamario preventivo, y en la que, para esquivar la censura a los pezones femeninos de redes sociales como Facebook o Twitter ha utilizado los pechos desnudos de un hombre. Merece la pena que le deis un vistazo. Personalmente, me gusta porque es un anuncio fresco, claro y con cierto toque humorístico. Aunque tiene “bemoles” que sea Enrique quien ponga sus tetas peludas; es así como también pone el acento en que la patología también la pueden padecer los hombres.
En contraposición, está la campaña “Recicla vidrio por ellas” llevada a cabo en Benidorm, en la que por cada kilo de vidrio reciclado, Ecovidrio dona un euro a la Asociación Española contra el Cáncer (AECC). Y mira que me parece bien todo lo que sea recaudar para la prevención e investigación, pero no a costa de que plantaran contenedores-teta rosas en varios puntos estratégicos de la ciudad. Reciclar, ¿por quién? El mensaje nos excluye y sólo reclama al resto de la ciudadanía, se nos relega a la pasividad. Además, me parece un modo de ridiculizar la enfermedad y vulgarizar el cáncer de mama; hasta, si me apuras, me parece incluso machista, pues no me imagino una campaña con contenedores-testículo para representar el cáncer de testículo.
No nos llevemos a engaños, la diversidad de cuerpos no está aceptada, representamos el cáncer de mama usando los pechos cuando en la mayoría de los casos, en realidad las afectadas ni los tenemos. No avanzamos si firmas mundialmente conocidas divulgan fotografías de cantantes y actrices famosas luciendo su torso perfecto y un glamuroso pañuelo rosa porque el cáncer no aparece por ningún lado. En general, las empresas que abanderan la lucha contra el cáncer difunden imágenes de mujeres normativas y reafirmadas en la feminidad.
El modelo de belleza que nos vende la publicidad está basado en la perfección. Los modelos de los anuncios no tienen arrugas, ni granos, ni mucho menos cicatrices; de hecho, no tienen ni poros. Lamentablemente las cosas han ido a peor en este sentido y para ejemplo baste el de la publicidad que cada día muestra cuerpos esculturales e irreales como sinónimo de éxito, felicidad e incluso salud.
Por todo ello, os invito a que nos cuestionemos los parámetros de belleza que tiene la sociedad, denunciemos la cosificación de la mujer en la publicidad y digamos no a la perfección modo BARBIES. Porque está alejado de lo humano y porque debemos enfatizar en valores de la belleza más acordes con características humanas como la creatividad, la alegría, la libertad o el talento.
No tengamos miedo a mostrar nuestras cicatrices, no de modo abstracto, no de modo morboso. Simplemente de frente para mostrar nuestra realidad, para quitarle el estigma al cáncer y para entrar en el paraíso, aun sin nuestros atributos pectorales.
Al hilo del machismo en la publicidad, os dejo otra campaña publicitaria publicada en el Huffington Post destacable por como denuncia que las mujeres no somos objetos:
